En qué momento

Las olas chocan con las rocas,
lo siento bajo mis pies
sentada al borde del acantilado.

El aire despeina mi pelo,
Y yo no hago más que mirar al cielo
Lleno de nubes negras.

¿Sabes?

Ya no siento el paso de los días,
ni de las horas.
Nada tiene sentido.

¿Me queda algo por lo que luchar?

Comienza a llover,
Pero no solo en mí.

Mis lágrimas se unen a la lluvia,
las fuerzas comienzan a fallarme,
y la esperanza simplemente se va.

Y comienzo a plantearme
de qué me sirve un corazón que late
cuando por mis venas no corre ninguna sangre.

¿Estás ahí?

Dejo que el dolor se expanda
Que cubra cada centímetro de mí.
No tengo por qué ocultarlo más

¿Merecería la pena volver atrás?

Un grito sale de mi garganta,
Me doblo y caigo de rodillas.
La tormenta está sobre mí.

Un vacío sustituye el corazón de mi pecho
El miedo se va a vivir en ese hueco
Y la frustración le hace compañía.

Dios…
¿No decían que después de la tormenta siempre llega la calma?

No pienso esperar más.
Me asomo y no lo pienso.
Que mi cuerpo se convierta en espuma del mar.